sábado, 4 de junio de 2011

Graciela Iturbide

GRACIELA ITURBIDE

"Busco descubrir mi propia nostalgia en los seres humanos..."


Alumna con clara influencia de Manuel Alvarez Bravo, Graciela Iturbide nos retrata a través de su fotografía un estilo menos instantáneo que Cartier Bresson. Es una de las fotógrafas más importantes en America Latina, y la mayor de 13 hijos.

A diferencia de Bresson, ella si hace fotografías armadas. Su fotografía, de hecho, no es documental. Hay demasiada transfiguración poética de su vivencia como para delimitarla al documento. Su fotografía es cercana, es íntima, trata con complicidades, con empatías, contigüidades con encuentros ominosos. Su cámara se convierte en un instrumento de aproximación casi táctil. Si sus fotografías nos conmueven es porque la fotógrafa misma se ha dejado tocar por esos acercamientos a la extranjería.

Las imágenes de Graciela Iturbide se reciben en silencio. Su mirada calma nos revela un profundo acercamiento a sí misma y a los otros. Sus fotografías nos conmueven porque son honestas, melancólicas y silenciosas. Una cosa tiene en claro Graciela Iturbide: “En el mundo hay fotógrafos que roban las imágenes, sin jamás establecer un contacto. Hay que dar para recibir. No se puede andar por ahí tomando imágenes sin retribuirlas de alguna manera”.


"Al principio de mis incursiones en zonas indígenas, sufría mucho, me angustiaba cuando me preguntaba por qué estaba interesada en este mundo, me sentía como una intrusa. Llevaba una especie de bitácora de mis viajes, apuntes. Después entendí que yo era fotógrafa y que no tenía por qué avergonzarme de mi oficio. Hay muchos momentos de soledad cuando estás fotografiando, de constante reflexión durante los viajes.” 

Una de las fotografías que se expone por primera vez en México es Muerte en el cementerio, 1978. Con ella finaliza una larga obsesión que la fotógrafa entabló con la muerte. Durante una visita a un cementerio de Hidalgo seguía el cortejo fúnebre de una pequeñita para fotografiarlo, cuando los corredores del cementerio le descubrieron la figura de un hombre tendido en el piso. Su cuerpo, picoteado salvajemente por los pájaros dejaba asomar todo el cráneo, mientras el cuerpo conservaba todavía la vestimenta y el calzado. ¿Existe mayor acercamiento a lo otro que aquel de la muerte saliendo al paso en su registro más crudo que es la figura del cadáver? Este negativo fue impreso muchos años después de haber sido tomado.


Es autora de varios libros, entre los que destacan Los que viven en la arena (1981) y Juchitán de las mujeres (1989). Las exposiciones de su obra han cruzado el Atlántico, en salas como el Museo de Arte Contemporáneo de Madrid o en festivales internacionales, como el celebrado en Arlés en 1979.

Ha recibido varios reconocimientos entre los que destacan el premio Eugene Smith, que le fue otorgando en 1968, su reportaje Médicos sin fronteras, y en 1988 es galardonada con el gran premio del mes de la fotografía en París. De igual forma, fue miembro del Consejo Mexicano de Fotografía, gracias a su trabajo titulado Recuerdo de la infancia.

Les dejo una muestra de su trabajo, que ha sido reconocido mundialmente y con mucha razón.











©Todas las imágenes propiedad de Graciela Iturbide





No hay comentarios:

Publicar un comentario