lunes, 20 de junio de 2011

Y ahora que tengo mi cámara...

...Aprenderé cómo utilizarla.

DIAFRAGMA Y OBTURADOR

Para comenzar con esta larga pero informativa sesión comenzaremos por definir:

DIAFRAGMA: Es la abertura variable del objetivo. Controla la cantidad de luz que llega a la película. Puede ir delante, dentro o detrás del objetivo.

A cada posición del diafragma le corresponde un número "f". La lectura del mismo se puede encontrar con f o bien con Av, cualquiera de los dos es válido.

Uso del diafragma: Por lo general se sitúa cerca del anillo de enfoque. La abertura máxima varía en función del diseño y el precio del objetivo.

Para hacer distintas tomas es necesario configurar adecuadamente el diafragma considerando siempre que entre más abierto está enfoca más cerca, si por el contrario se encuentra más cerrado el enfoque se hace más lejano.

Con la siguiente imagen la escala será comprendida de mejor forma. Hay que considerar que 1.4 es para capturar cerca. En contraste total, 22 aleja muchísimo nuestro enfoque.

Algo importante que cabe mencionar es que no todas las cámaras cuentan con los límites de las aberturas que aquí se muestran. Sólo las cámaras verdaderamente profesionales llegan al límite de 1.4 y 22.

Para tomar planos diversos la abertura del diafragma debe ser diferente, a saber:

Primer plano = Usar f4 (recomendado). En este plano lo que resalta más es lo que tenemos al frente, siempre se tiene que hacer notar el objeto inmediatamente al principio. Lo de atrás no importa mucho. Ejemplos de primer plano:



Plano medio = f 5.6, f 8. En el plano medio el objetivo se puede observar más abierto y los detalles de la imagen a fondo aumentan un poco. Ejemplos de plano medio:



Profundidad de campo = f 11, f 16, f 22. Es utilizada en su mayoría para paisajes, abarca los detalles hasta puntos lejanos. Ejemplos de profundidad de campo:



Ahora pasaremos a la segunda parte.

OBTURADOR: Dispositivo mecánico que controla el tiempo durante el que la luz actúa sobre la película.

Las velocidades de obturación se ordenan según una secuencia regular en el que cada valor representa un tiempo de exposición.
Para todo lo anterior es conveniente utilizar una escala de velocidades. La imagen que se muestra a continuación muestra claramente las distintas velocidades de captura del obturador:


Hay que tener en cuenta siempre que según la velocidad programada es el efecto que tendrá la foto en cuanto a movimiento pues el tiempo de exposición se reduce o aumenta, respectivamente. 

Por ejemplo si usamos una velocidad alta obtendremos un congelado (1/250, 1/500, 1/1000, 1/2000) Esto significa que la foto se plasmará muy rápido y por ende tendremos un resultado como el de la imagen.

A diferencia de los congelados que detienen la imagen, los barridos se caracterizan por "rasgar" la imagen y hacerla ver borrosa. Estos se logran con los tiempos modulados en (1/30, 1/15, 1/ 8 1/4, 1/2, 1', 2'....) Un ejemplo:


Existen dos tipos de barrido. El primero rasguña al sujeto u objeto enfocado, el segundo congela al objeto y barre el fondo. Este tipo de fotos se logran enfocando el fondo y haciendo un pequeño paneo de cámara (te mueves tú y sigues al sujeto en dirección en la que va) de preferencia con tripie. He aquí una foto con barrido de fondo.


Por último tenemos los deliberados. Estos son nocturnos y principalmente se usan para "pintar con luz" en la foto. Para retratar una foto de este tipo, el obturador tiene que configurarse en minutos o segundos, es decir, una duración más larga que las anteriores. Si quieres tener mejores resultados es recomendable utilizar el bulbo, ese lo controlas tú mismo, no es automático. Una imagen vendría bien para que se complementara más:


Dos tipos de obturadores son lo que se pueden manejar...

Obturador Central: se instalan en la lente.

Obturador Focal: se instala en el cuerpo de la cámara.


Dato!
Las velocidades 1/60, 1/125 no sirven porque son "medias tintas". Es decir no cumplen con un estilo completamente, así que usarlos implicaría arriesgarse a no enfocar como se desea.


Peace!

sábado, 4 de junio de 2011

Francisco Mata

FRANCISCO MATA ROSAS

"...a menudo chocaba de frente con todo lo que ya había visto, y reconocía en medio del desmadre o el caos visual el arte prehispánico, el colonial, el contemporáneo: sólo faltaba aislarlo."



Francisco Mata Rosas nació hace 52 años en la ciudad de México. Se graduó con una licenciatura en comunicaciones de la UAM. Se desempeñó laboralmente como fotoperiodista durante seis años en el diario La Jornada. Sus trabajos fotográficos se han publicado en principales periódicos y revistas de Estados Unidos, España, Canadá, Italia, Inglaterra y México. Sus fotografías han sido expuestas en más de 17 países alrededor del mundo. También ha ganado un buen número de reconocimientos, entre ellos la Beca de Jovenes Creadores del FONCA en 1989.

Por otro lado, ha participado como ponente en la mayoría de los encuentros de fotografía en México, ha sido jurado de distintos concursos nacionales e internacionales, ha impartido pláticas y cursos desde hace diez años en diferentes universidades y centros culturales del país y del extranjero. Actualmente es Profesor Visitante Titular  “C” del Departamento de Ciencias de la Comunicación de la División de Ciencias de la Comunicación y Diseño, Unidad Cuajimalpa. 



Francisco se ha caracterizado por ser un fotógrafo humanista, siempre tiene la delicadeza del trato con la gente cuándo hace sus creaciones. Su trabajo personalmente es el que más me impacta y me identifico más con él. Si yo tuviera un estilo parecido al de alguno de los inmortales, sería al de este señor.


















©Todas las imágenes propiedad de Francisco Mata Rosas


Graciela Iturbide

GRACIELA ITURBIDE

"Busco descubrir mi propia nostalgia en los seres humanos..."


Alumna con clara influencia de Manuel Alvarez Bravo, Graciela Iturbide nos retrata a través de su fotografía un estilo menos instantáneo que Cartier Bresson. Es una de las fotógrafas más importantes en America Latina, y la mayor de 13 hijos.

A diferencia de Bresson, ella si hace fotografías armadas. Su fotografía, de hecho, no es documental. Hay demasiada transfiguración poética de su vivencia como para delimitarla al documento. Su fotografía es cercana, es íntima, trata con complicidades, con empatías, contigüidades con encuentros ominosos. Su cámara se convierte en un instrumento de aproximación casi táctil. Si sus fotografías nos conmueven es porque la fotógrafa misma se ha dejado tocar por esos acercamientos a la extranjería.

Las imágenes de Graciela Iturbide se reciben en silencio. Su mirada calma nos revela un profundo acercamiento a sí misma y a los otros. Sus fotografías nos conmueven porque son honestas, melancólicas y silenciosas. Una cosa tiene en claro Graciela Iturbide: “En el mundo hay fotógrafos que roban las imágenes, sin jamás establecer un contacto. Hay que dar para recibir. No se puede andar por ahí tomando imágenes sin retribuirlas de alguna manera”.


"Al principio de mis incursiones en zonas indígenas, sufría mucho, me angustiaba cuando me preguntaba por qué estaba interesada en este mundo, me sentía como una intrusa. Llevaba una especie de bitácora de mis viajes, apuntes. Después entendí que yo era fotógrafa y que no tenía por qué avergonzarme de mi oficio. Hay muchos momentos de soledad cuando estás fotografiando, de constante reflexión durante los viajes.” 

Una de las fotografías que se expone por primera vez en México es Muerte en el cementerio, 1978. Con ella finaliza una larga obsesión que la fotógrafa entabló con la muerte. Durante una visita a un cementerio de Hidalgo seguía el cortejo fúnebre de una pequeñita para fotografiarlo, cuando los corredores del cementerio le descubrieron la figura de un hombre tendido en el piso. Su cuerpo, picoteado salvajemente por los pájaros dejaba asomar todo el cráneo, mientras el cuerpo conservaba todavía la vestimenta y el calzado. ¿Existe mayor acercamiento a lo otro que aquel de la muerte saliendo al paso en su registro más crudo que es la figura del cadáver? Este negativo fue impreso muchos años después de haber sido tomado.


Es autora de varios libros, entre los que destacan Los que viven en la arena (1981) y Juchitán de las mujeres (1989). Las exposiciones de su obra han cruzado el Atlántico, en salas como el Museo de Arte Contemporáneo de Madrid o en festivales internacionales, como el celebrado en Arlés en 1979.

Ha recibido varios reconocimientos entre los que destacan el premio Eugene Smith, que le fue otorgando en 1968, su reportaje Médicos sin fronteras, y en 1988 es galardonada con el gran premio del mes de la fotografía en París. De igual forma, fue miembro del Consejo Mexicano de Fotografía, gracias a su trabajo titulado Recuerdo de la infancia.

Les dejo una muestra de su trabajo, que ha sido reconocido mundialmente y con mucha razón.











©Todas las imágenes propiedad de Graciela Iturbide